Las heridas de la monarquía (BIS)
Hace 13 años


lleva a admitir trabajos sin ninguna condición laboral y en los peores casos a dedicarse a la venta ambulante, trabajando más de doce horas al día, sin parar de un lado a otro, ya llueva o nieve. Así y todo, su trabajo no es bien compensado, ya que no logran vender demasiado a lo lago del día y los beneficios son escasos. Además, tienen que estar huyendo de la policía continuamente, y es muy complicado para ellos encontrar un alojamiento, tanto económicamente como legalmente. Hay muy pocas personas que alquilen su piso a personas ilegales, y los que lo hacen exigen un gran beneficio a cambio.
los problemas de desempleo, pero estas personas tienen que entender que si están dispuestos a soportar tan malas condiciones, es porque necesitan urgentemente mejorar su situación, porque la situación que tenían en su país era crítica.
Una vez leí que el poder es una farsa, una sombra en la pared. Pero las sombras pueden matar. Y a veces un hombre muy pequeño puede proyectar una sombra muy grande. Empezamos el año hablando sobre las almas, que se congregaban en contra de los dueños. La rebelión, ¿te acuerdas? Sí, a partir de ese artículo todo ha sido diferente. Primero, escuchaba unos susurros, luego, sombras moviéndose. Al principio no le di ninguna importancia; siempre has oído susurros, Aitor -me tranquilizaba. Pero el día de Navidad una carta llegó a mi buzón. No tenía remitente y pensé que sería la vecina del 144, que nos suele mandar felicitaciones en Navidad. Me quedé estupefacto al comprobar que el sobre contenía una hoja en blanco. Por delante y por el revés. Nada. Me disponía a entrar en el calor de casa cuando las vi. ¿Seis, siete? No sé, eran muchas. Me dieron un mensaje que debo de repetir hoy, 144 días después.