martes, 19 de mayo de 2009

Trenes


No hay metáfora más grande que aquella que habla de la pérdida de un tren, un tren que pasa una vez en nuestra vida, aunque este tren, para nosotros, tenga más de una parada. Ese tren que hace que pasemos de ser unos jóvenes recién formados a unos proyectos de adulto. Pero en nuestras vidas, delante de nuestros ojos, pasaron, pasan y pasarán miles de trenes, algunos mejores que otros, pero al fin y al cabo todos con diferentes oportunidades.

Ahora estamos a punto de bajarnos de él, pero muchos cogeremos otro que nos llevará a un mundo nuevo, repleto de estudiantes como nuestro mundo actual , pero a la vez diferente. Otros cogerán aquel que les lleve al duro mundo del trabajo, hasta ahora desconocido para todos nosotros. Y todos, siempre, con la idea de que al bajarse se habrán hecho realidad los sueños o los deseos que al comenzar el trayecto tenían todos sus pasajeros.

Habrá gente que se baje a la mitad del trayecto y otros que lleguen al final e incluso entonces, vuelvan a coger otro tren después, pero nunca el mismo, siempre diferente. Como cada vida es diferente, cada tren lo es igualmente, con diferentes pasajeros y diferentes destinos; con diferentes situaciones que harán que nuestro afán de cambiar nos convierta en verdaderos adultos al bajar de él.

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