Estamos en la recta final del curso, en esos días en los que no cabe ni un alfiler en la biblioteca, nos sumergimos entre montañas de libros, y estamos pegados con loctite a nuestro asientos. No obstante todavía nos queda lo peor, la temida selectividad. Llevamos todo el curso preparando el mismo examen, y a estas alturas me he dado cuenta de que no se exige lo mismo en todas las pruebas que debemos realizar esos tres días de mediados de junio.
Por mucho que hoy en día se hable de normalización del euskera, ¿no se les da distinta categoría en el examen de acceso a la universidad al castellano y al euskera?
Apenas nos hace falta preparar el de euskera, cuando para el de lengua castellana se nos exige una gran capacidad de comprensión, y conocimientos de gramática, léxico, sintaxis… Así como malgastar por lo menos siete folios.
Lo que todos nos preguntamos es por qué hay tanta diferencia entre uno y otro examen, y la respuesta es casi siempre la misma, que los de modelo A tienen menos horas para estudiar dicha materia, pero eso es mentira y pura hipocresía, ya que son las mismas horas lectivas que las que tenemos nosotros para estudiar nuestra segunda lengua, es decir, el castellano.
No voy a negar lo evidente, a nosotros nos supone una oportunidad para subir nota el hecho de que la prueba sea tan fácil, pero no se trata de eso, si no de conseguir la igualdad y normalización del euskera en todos los ámbitos, empezando por el de la educación, que son los pilares que sostienen nuestra sociedad, y a la vez la lengua es la que le da un carácter único e inigualable. Por que un país sin su idioma es como un bosque sin flores que la embellezcan.
Esta crítica no esta hecha solamente por manifestar mi descontento ante tal situación, sino que también es una forma de gritar socorro frente a la discriminación que padece el euskera, y crear conciencia entre la ciudadanía.
Por, ejemplo, Antena 3 dirige una campaña llamada “ponle freno”, para asegurar la seguridad en las carreteras, y desde aquí quiero hacer el llamamiento de Ponle freno a toda situación discriminatoria del euskera.
Con lo cual, no se trata de que faciliten un examen o dificulten el otro, sino de que los equiparen.
Por mucho que hoy en día se hable de normalización del euskera, ¿no se les da distinta categoría en el examen de acceso a la universidad al castellano y al euskera?
Apenas nos hace falta preparar el de euskera, cuando para el de lengua castellana se nos exige una gran capacidad de comprensión, y conocimientos de gramática, léxico, sintaxis… Así como malgastar por lo menos siete folios.
Lo que todos nos preguntamos es por qué hay tanta diferencia entre uno y otro examen, y la respuesta es casi siempre la misma, que los de modelo A tienen menos horas para estudiar dicha materia, pero eso es mentira y pura hipocresía, ya que son las mismas horas lectivas que las que tenemos nosotros para estudiar nuestra segunda lengua, es decir, el castellano.
No voy a negar lo evidente, a nosotros nos supone una oportunidad para subir nota el hecho de que la prueba sea tan fácil, pero no se trata de eso, si no de conseguir la igualdad y normalización del euskera en todos los ámbitos, empezando por el de la educación, que son los pilares que sostienen nuestra sociedad, y a la vez la lengua es la que le da un carácter único e inigualable. Por que un país sin su idioma es como un bosque sin flores que la embellezcan.
Esta crítica no esta hecha solamente por manifestar mi descontento ante tal situación, sino que también es una forma de gritar socorro frente a la discriminación que padece el euskera, y crear conciencia entre la ciudadanía.
Por, ejemplo, Antena 3 dirige una campaña llamada “ponle freno”, para asegurar la seguridad en las carreteras, y desde aquí quiero hacer el llamamiento de Ponle freno a toda situación discriminatoria del euskera.
Con lo cual, no se trata de que faciliten un examen o dificulten el otro, sino de que los equiparen.
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