domingo, 3 de mayo de 2009

El planeta en nuestras manos



El cambio climático es un tema de gran actualidad dados los drásticos fenómenos meteorológicos que azotan hoy en día nuestro planeta. Estos cada vez son más comunes y más destructores. Por ejemplo, ya son más de uno los tsunamis que han arrasado el sudeste asiático en los últimos años, y se han llevado por delante cientos de víctimas. También son más comunes los monzones, la sequía y la desertización, que va expandiéndose por terrenos que antes gozaban de una gran biodiversidad.

Los principales culpables de este terrible fenómeno son la deforestación, las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero o destructores de la capa de ozono, el uso descontrolado del agua y otros cuantos factores, todos achacables al irresponsable ser humano.

La sociedad se ha dividido en tres grupos. Por un lado están esas personas a las que les preocupa mucho éste tema, y por lo tanto tratan de aportar su granito de arena para mejorar la situación. Por otro lado están aquellos a los que no parece afectarles en absoluto, y continúan destruyendo el planeta. Estas personas no tienen que ser necesariamente gente adinerada que ocupa importantes puestos en grandes empresas. Cualquier ciudadano normal cabe en este grupo. Por último, están aquellos que prefieren mirar hacia otro lado, y acusar de catastrofistas a todos los del primer grupo.

Así y todo, la realidad y todas las consecuencias del cambio climático están ahí, y cada vez serán más graves si no hacemos nada para evitarlas. Se han barajado varias “soluciones”. Por ejemplo, en 1997 los países industrializados se reunieron en Kyoto y crearon un tratado para comprometerse a cumplir ciertas medidas para así reducir las emisiones de gases que provocan el cambio climático: El Protocolo de Kyoto. Éste ha tenido éxito, aunque algunos países hayan decidido no colaborar. Estos acuerdos son tratados por políticos y empresarios, pero nosotros también podemos ayudar al planeta, o mejor dicho, no seguir destruyéndolo, aportando algo de nuestra parte. Hay varias propuestas, que seguramente ya todos conoceréis: Un consumo responsable de agua, luz y gas, utilizar más el trasporte público y menos el coche, disminuir el uso de energía química y sustituirlo por energía renovable, utilizar electrodomésticos de bajo consumo, etc. Con todo esto no podremos conseguir arreglar completamente lo que hemos estropeado hasta ahora, pero sí evitar que empeore aún más.

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