miércoles, 6 de mayo de 2009

El grandísimo Bob

Hace poco más de dos días, me entró el gran aburrimiento en casa. Y es que, el acabar ya con un examen tan gordo como el de Historia que hicimos el martes, me hizo llegar agotadísima a casa. Y a parte de hechar una cabezadita de una hora y media por lo menos, me entretuve andando por Internet hasta que llegué a la gran página que todo el santo mundo conoce: Youtube, donde puedes encontrar miles y miles de vídeos. En ésto, empecé a ojear grandes videoclips de los artistas que más me impactan, y entre éstos videos, llegué a encontrar un documental subtitulado en español sobre la vida de Robert Nesta Marley, más conocido como Bob Marley, músico jamaicano, miembro del movimiento rastafari y llamado "El dios del Reggae".

Cuando era un moco, se transladó de un pequeño barrio de Jamaica, a Kingston, la capital, donde llegaban habitantes de todas partes para mejorar su situación econonómica y para alejarse de la gran represión política que había entonces.

Lo que más me impactó de este video, fue la gran capacidad de expresar sus ideas y la astucia de este hombre. Se juntó con los que áctuarían más adelante con él, en "The Wailers", actuando en ghetos y con suerte, en pequeñas actuaciones para sus vecinos. Todo lo que vivía en su barrio, la represión en la sociedad, en la política, en lo mísero,... Todo ello le servía para expresar lo que sentía en sus canciones, en forma de protesta. Amaba la música. Rita Marley, su mujer, en el documental, decía que siempre lo verías con una guitarra y lleno de energía y sentimiento cuando lo interpretaba.

Me hizo gracia también oír de su mujer, que cuando emigró a Estados Unidos para permanecer allí días con su madre, se echó novia, como en muchas ocasiones más, y que Rita no se sentía como mujer, que se sentía como una corista de "The Wailers", y que en alguna ocasión Bob le llamaba para que le ayudase a sacar de su habitación a algunas mujeres. Y es que, Marley nunca se comprometió con nadie, cuando había una canción nueva, esa era su prioridad. Ya le podían dar por saco a su mujer, a su novia y a lo que fuese por la música que él amaba. En mi opinión, era el puto amo.

Cuando volvió de los Estados Unidos, siguió componiendo para su pueblo, argumentando que si su vida sólo la podía aprovechar él, que prefería verse muerto, que por delante suyo, se encontraba una Jamaica libre y un pueblo libre.

Se unió también al movimiento rastafari, movimiento que buscaba lo espiritual, la paz interior, que tenían como características los dreadlocks, un peinado muy popular en África, y el uso del cannabis, que te hacía sentir como un líder, no bajo el dominio de nadie.

Bob murió a causa de un melanoma que le salió en la uña del pie cuando jugaba a fútbol, que acabó por ser un cáncer de piel que se le extendió a los pulmones y al cerebro. Antes de su muerte, ya se le veía débil y sin ganas de hacer ninguna broma, como hacía constantemente, pero él no quería que la gente lo viese así. Quería que gritasen libertad por Jamaica, Zimbabwe y por la unión de África, como rey y león de la liberación de su pueblo.
Y... como el bien decía: "Yo no tengo religión, soy lo que soy, ¿sabes? Soy un hombre rasta, y por eso, esto no es una religión, es la vida"
En conclusión, creo que nos deverían de enseñar también algo de cultura en lo que se refiere a lo musical, a héroes que liberaron a personas inocentes con su música y una simple guitarra.

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