lunes, 18 de mayo de 2009

Dos años inolvidables

Recuerdo, exactamente hace dos años, la pena que tenía por dejar la ikastola en la que había estudiado más de diez años. Acababa de terminar cuarto de la E.S.O, y mi próximo año sería en el instituto. Tenía que dejar aquel lugar en el que había estado toda mi vida, donde había conocido a todos mis amigos y donde había aprendido casi todo lo que sabía hasta entonces. El instituto nos quedaba a todos demasiado grande, sentíamos que allí no íbamos a estar tan arropados como en la ikastola, y que habría muchísima gente nueva, que tal vez nos gustase o tal vez no. Por eso, por un lado sentíamos una especie de nostalgia y miedo a la vez, y por otro una ilusión por experimentar algo nuevo. Después, recuerdo nuestro primer día del curso, en el que nos dimos cuenta que la mayoría de nuestra clase estaba invadida por ex alumnos de San Nicolás. Poco a poco, fuimos adaptándonos a ese lugar desconocido, dejando cada vez un poquito más atrás nuestro antiguo centro. Fuimos conociendo cada vez mejor a nuestros nuevos compañeros, y llegamos a hacernos grandes amigos. Ahora, siento lo mismo. Tenemos que dejar todos el instituto, donde hemos vivido tantísimas cosas, casi todas buenas, a lo largo de estos dos años. Tenemos que prepararnos para una nueva experiencia: la universidad. Muchos amigos que hemos hecho aquí serán para siempre, y las buenas experiencias que hemos vivido serán inolvidables. Lo que está claro es que nunca más vamos a volver a nuestra vida de instituto, así que lo mejor que podemos hacer es pensar que probablemente esa pena que sentimos por dejarlo se nos pase cuando el año que viene vayamos a la universidad. Así y todo, como he dicho, estos dos años siempre van a ser muy especiales para muchos de nosotros, y de ellos conservaremos recuerdos y amigos que serán para siempre.

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