jueves, 12 de febrero de 2009

RELOJES



¿Podríamos vivir en un mundo sin hora? Sin que nos demos cuenta, nuestra vida gira constantemente en torno a un reloj. Y es que desde que nos levantamos por la mañana, nuestro día se basa en lo que indique esta invención aparentemente simple, pero dueña de algo muy complejo: el tiempo. Tratamos de planificar nuestra vida tanto como nos sea posible para que todo lo que pretendamos hacer se ajuste al reloj. Este aparato rige hasta tal punto nuestra lista de tareas, que incluso para cosas que no deberían estar bajo su dominio (comer a una hora establecida, en lugar de cuando se tiene hambre; irse a la cama a una hora “prudente”, si no se tiene sueño…) tenemos que andar agobiándonos.

¿Pero qué pasaría si los relojes desapareciesen de nuestras vidas? Pues que (de entre otras cosas, una de las más importantes) desaparecería por completo el estrés. En mi opinión, todos viviríamos mucho más despreocupados y relajados, al no tener que estar atentos a lo tarde que se nos ha hecho o lo poco que nos ha durado un buen momento por tener prisa. Sería algo así como las horas flexibles de algunos trabajadores. No obstante, toda persona debería tener muy claro que, al igual que ellos (los trabajadores), todos tendríamos que cumplir con nuestros quehaceres.

De todas maneras, está claro que todo esto es una locura, ya que al final (o al mismo principio), el mundo se acabaría sumiendo en un caos terrible debido a la falta de una referencia respecto a la cuál funcionar. Tic-tac.

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