jueves, 19 de febrero de 2009

¿Y QUÉ PASA CON LAS FILOLOGÍAS?

Las universidades europeas se tendrán que adaptar al Espacio Europeo de Educación Superior, conocido como Plan Bolonia. Por lo tanto eso también afecta a la Universidad del País Vasco, la que tiene que convertir sus licenciaturas y diplomaturas en los nuevos estudios de Grado.
Pero, todo es más complicado de lo que parece, porque, el Departamento de Educación tan sólo autorizará aquellos grados que tengan un mínimo de 30 alumnos en el primer curso, y 20 en el caso de que se trate de una clase en euskera. Todo esto supone un grave problema, y más aún si se tiene en cuenta que el número de alumnos que se inscribe para cursar estudios universitarios ha disminuido notablemente en los últimos años.

Además hay que tener en cuenta que a la UPV le supone un gasto anual de 7.500 euros mantener a cada alumno, por lo tanto, está intentando recortar sus gastos, y más aún en tiempos de déficit económico.

El plan de Bolonia supone una enorme amenaza para aquellas carreras que cursan pocos alumnos, como las filologías. Consecuentemente, se ha aprobado que en el 2010 se deje de impartir clase de filología hispánica, clásica, alemana y francesa en la facultad de Letras del Campus de Álava.
No es de extrañar que desde que se dieran a conocer estos hechos no hayan cesado las protestas.

No se trata sólo de una cuestión de cifras, sino de la desaparición de estudios y el déficit de personal que acarreará el asunto. La falta de profesorado en materias como lengua, latín y griego es notoria, y el problema se agravará, puesto que al no haber gente especializada en la materia no seremos capaces de abastecer la demanda laboral.

Sin embargo, hoy en día se le dá más importancia al ámbito de las ciencias que al de las humanidades, pero debemos tener en cuenta que puede ser tan importante el cambio climático como el conocimiento de la lengua. Por ejemplo, a la hora de vender un producto publicitario hay que tener en cuenta tanto la imagen como el lenguaje y la manera de expresarse, para que tenga más efecto en la sociedad.

Además, no podemos olvidar que una de las cosas que nos diferencia del resto de los animales es nuestra capacidad para el habla, y si no la cuidamos y respetamos, terminaremos convirtiéndonos en chimpancés.

No sólo eso, y es que los alumnos de letras estamos muy cansados de que se nos discrimine y trate con desprecio, como si nuestro conocimiento no sirviese para nada. Aprovecho esta oportunidad para mandar un mensaje a todos aquellos que piensan que estudiar una filología es de vagos y parados: “La ciencia y la lengua se complementan, no dejemos que ninguna de las dos perezca, porque la una sin la otra no es nada. No se sabe que va antes, el huevo o la gallina.”

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