jueves, 30 de abril de 2009

EL CINE

Si nos detenemos a pensar un poco, el cine ha cambiado muchísimo desde de que los hermanos Lumière hicieran la primera proyección pública en 1895. En sus inicios, ni siquiera había sonido, y después de largo tiempo, la aparición del color fue una gran innovación. Hoy en día, la industria cinematográfica no conoce límites. Los expertos en cine siempre dicen que las películas antiguas son muy buenas, pero sin ánimo de ofender, hay que decir que resultan un poco pesadas. No obstante, no podemos olvidar que en los orígenes del cine tampoco había demasiadas facilidades para llevar a cabo una filmación.

             Al margen de esto, también hay que decir que hoy en día, muchas de las películas que se ruedan tienen como objetivo principal de la producción (o al menos eso parece) mostrar la cantidad de efectos especiales que son capaces de utilizar. Por ello, encontrar una película que tenga un buen argumento es cada vez más difícil. Y es que al final, no hace falta ser la más cara de la historia o la que más efectos tiene, para ser la mejor de la cartelera. No quiero decir con esto que haya que dejar por completo el uso de la tecnología a la hora de grabar, ya que también hay películas muy buenas con muchos efectos especiales, sino que los directores de cine deberían intentar dejar en manos de los propios actores la importancia de las películas en vez de transferírsela a un ordenador.

             De todas maneras, siempre acaba imponiéndose la calidad, y por ello puede decirse que las buenas películas no tienen edad, y seguirán gustando a la gente pese al paso del tiempo. Aunque quién sabe, a lo mejor dentro de cien años la gente tenga una opinión sobre las películas de la actualidad igual a la que nosotros tenemos sobre las que son en blanco y negro.

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