Últimamente, parece que se han puesto de moda los programas que reflejan los aspectos más crudos de la realidad. Desde que Callejeros empezara hace unos años, programas del estilo han ido apareciendo en diferentes cadenas de televisión. Estos, muestran las facetas más rudas de las cosas, sin ningún tipo de tapujos, acercando al máximo al espectador a lo que se muestra en ellos. Este tipo de programas tienen bastante éxito, ya que en ellos se ven cosas que no se enseñan en otros lados. Es cierto que en cada emisión se tocan diferentes aspectos, y que el género (por así decirlo) es bastante amplio. No obstante, en todas las emisiones suele predominar un ambiente marginal en el que siempre aparecen drogadictos, prostitutas…y al final todo esto termina por crear una sensación de aprensión en los espectadores. Pero, al fin y al cabo, es así como se consigue llamar la atención de los televidentes, y por consiguiente, un alto índice de audiencia.
No obstante, hay veces en las que es difícil imaginarse –pese a verlo en pantalla- como pueden existir ciertas cosas. Además, si nos paramos a pensarlo, los reportajes no se hacen en lugares tan remotos como se puede llegar a pensar. Una vez acabado el programa, los telespectadores se sienten impresionados, pero tampoco pensemos que esa sensación perdura.
En resumen, muchas veces hacemos oídos sordos porque nos gustaría que ciertas cosas desapareciesen. Esto pasa en la vida real, y los programas mencionados se encargan de mostrárnoslo. Quizá por eso nos choque verlo tan de cerca, ya que no podemos negar que esté ahí.
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