La otra cara de los Oscars

Rubina, la actriz de nueve años de 'Slumdog millionaire', vive en una chabola de Bombay como antes de los premios, sin casa nueva ni el dinero prometido para poder estudiar. Por si fuera poco, un escándalo mayor gira entorno a la pequeña y su familia, y es que se comenta que el padre intentó vender a la niña por 226.695 euros, a un reportero que le había tendido una trampa, haciéndose pasar por el representante de un jeque saudí interesado en ofrecerle dinero a cambio de darle a la cría en adopción. La madre de Rubina, al enterarse de todo ésto se dirigió a la chabola donde vive el padre con su nueva esposa, y las dos mujeres se enzarzaron en una pelea grabada por los medios.


Esta es la otra cara de los Oscars, donde una niña fue la estrella de los premios pero no disfruta de ningún privilegio y sigue viviendo en la miseria como tantas familias en la India, aún habiéndole prometido una vivienda digna, el pago de sus estudios y otras cuentas promesas, que no se han cumplido todavía.


Mientras otras actrices y actores galardonados en los Oscars disfrutan de la fama y del dinero ganado no sólo por la película que han protagonizado, sino por los eventos a los que han asistido después de haber sido premiados, me sorprende ver a la gran estrella de esa noche y de la película del año viviendo en la miseria y sin nada que llevarse a la boca. Es humillante saber que en algunas cadenas de televisión ofrecen millones de euros a cualquiera para que cuente que se ha acostado con la vecina del primo de la hermana de algún ''famosillo'', o a un ladrón que ha engañado a todo Marbella para que cuente que tal en la cárcel. Mientras estos individuos ganan dinero sin hacer nada bueno, la pequeña Rubina sueña con poder estudiar en el colegio y llegar a ser algún día una actriz reconocida, sin saber que cualquiera que haya visto esa película ya la consideramos una pequeña actriz con gran talento y un futuro grandioso por delante.