jueves, 5 de marzo de 2009

Consumir por consumir

Dicen que Navidad es la mayor época de consumo pero yo sinceramente no veo la diferencia entre esta época y el mes de abril. Vayas el sábado que vayas, el centro comercial te lo encontrarás repleto, sin sitio para aparcar y con colas interminables en los probadores. A veces nos decimos a nosotros mismos que no volveremos a comprar, pero es que cuando pasamos por delante de un escaparate y vemos esa ropa que al maniquí sienta tan bien, no podemos evitar echar un vistazo y al menos salir con un par de calcetines en las manos.

Lo gracioso es que esto no se limita sólo a la ropa, ya que la avaricia del ser humano no tiene límite, también pasa con los coches, las casas, los electrodomésticos, vacaciones etc. Y es que este último caso da de qué hablar. Nos dá por gastarnos miles de euros para poder viajar a otro país o continente cuando todavía no conocemos lo que está a diez kilómetros de nosotros. ¿Acaso es menos gótica la catedral de Burgos que la de Notre Dame de París? Preguntas como ésta siguen hoy sin respuesta.

¿Cuál es la mayor verdad del hombre? que cuanto más tiene más quiere. Si tenemos un bonito piso en el centro con nuestro garaje y nuestro coche nos convencemos de que no es suficiente y de que merecemos más y así entramos en el circulo vicioso de todo terrenos, casas de campo, descapotables etc. Lo más triste es que cuando se empieza, no se acaba y acabamos ligados de por vida a un crédito bancario.

No hay comentarios: