lunes, 2 de marzo de 2009

Seguiremos esperanzados

Hace ya tiempo, allí por las Navidades, en época de exámenes, creo recordar a una amiga diciéndome que no se concentraba en los exámenes finales a las vacaciones, que no era capaz de estar más de una hora delante de un libro por el hecho de tener casi en nuestras manos una pequeña lonja compartida con otro grupillo de chicos. Yo la apollaba en eso de apenas concentrarme en los exámenes, ya que llevábamos un tiempo intentando conseguir un sitio calentito en el que estar tranquilos, pero no nos lo permitía ni el dinero ni algunas condiciones de otras lonjas.
En efecto, conseguimos aquella maravillosa lonja de dos pisos en la que nos dividimos por una parte, nosotras y por la otra, los chicos. Anduvimos quitando porquería como nunca lo hubiesemos hecho en nuestra casa, trayendo sofás, que si televisiones, que si reproductores de música,... y en todo este tiempo, nos los pasamos como unos malditos críos, sin nombrar alguna que otra noche cenando juntos, viendo pelis, jugando al ping-pong, en Noche Vieja, etc.
A pesar de tener alguna que otra discusión con la limpieza, nos llevabamos bien.

Pero todo ésto se fue hace nada a la basura. Sabiendo que en Getxo y en alguna otra parte el tener alguna lonja o "txoko" simplemente con el fin de entretenimiento es ilegal, la alquilamos igualmente, ya que conocíamos a más de un amigo que tenían su lonja por ahí cerca y nunca habían tenido problemas. Pues con la mala suerte de tener a un vecino un tanto "tocapelotas", por la tontería nos hemos quedado sin lonja. La primera vez, esta señora se debió de quejar porque su hija estaba con fiebre y estabamos haciendo demasiado ruido, aún siendo Noche Vieja. En conclusión, que llamó a la Ertzaintza y no nos dijeron ni "mú", por el hecho simple de: "es Noche Vieja, chavales".

A mi ver, pilló tal rebote esta indibidua que nos hizo llegar una denuncia un día por problemas de ruido y así, sin comerlo ni beberlo, nos vimos en la calle al de dos días, sin ningún tipo de explicación ni nada. Y lo que creemos muchos de nosotros y parte de muchos padres también, es que, de un día para otro no pueden hechar a nadie casi a patadas sin habernos enseñado una orden judicial o algo, no? Si la denuncia hubiese sido por motivos de ruido no tendría que venir un experto a medir los decibelios?

Finalmente, pudimos buscar alguna solución a todo ésto, por muy poca esperanzadora que parezca, sería el pedir un permiso al ayuntamiento como una organización o asociación para que podamos alquilar una lonja con ese fin. Pero, sigue siendo una gran locura, ya que necesitamos la firma del representante, rellenar los estatutos,...

Resumiendo, que seguiremos con esa poca esperanza de volver a recuperar ese maravilloso "txoko" intentando hacer el mínimo ruido posible, pero con los derechos que nos merecemos todos los jóvenes y todos los chavales de alrededores, no teniendo a algún amargado como vecino que no tiene otra cosa que hacer y por tener un pequeñito hogar en el que estar en grupo y en buena compañía.

No hay comentarios: