Se me ha hecho dura esta semana de clase después de haber pasado la anterior en Valencia, en Fallas. Las Fallas es la fiesta de la comunidad Valenciana celebrada del 15 al 19 en honor a San José, patrón de los carpinteros. Está catalogada como fiesta de Interés Turístico Internacional, y merece la pena vivirla por lo menos una vez en la vida.
A primera hora de la mañana, cuando las Falleras y los Falleros mayores vestidos con sus respectivos trajes tradicionales salen a la calle y los valientes que todavía no han llegado a casa desde la noche anterior, es entonces cuando comienza ''La despertá''. Es el acto que comienza el día, un pasacalles con música y sobre todo petardos y todo tipo de cosas que hagan el suficiente ruido como para despertar a todo Valencia.
Durante el día la gente visita las Fallas, (monumentos hechos de cartón y yeso) y participa en muchas otras actividades, como ''La mascletá''.
Pero me pareció muy llamativo que durante todas esas actividades de la mañana y tarde el número de jóvenes era escaso, y de ésos pocos que estábamos la mayoría no eramos valencianos.
Pero por la noche, Valencia es otra. Millones de jóvenes abarrotan las calles, parecen salidos de la nada, pero no, son salidos de sus camas, ya que las Fallas para ellos es una fiesta de noche, y durante el día tienen que recuperar el cuerpo. Hablando luego con mis amigos valencianos, me comentaron que una vez visto lo que de verdad es Las Fallas un año, todos los años es lo mismo, y que por eso sólo lo disfrutan por las noches. Pero yo me pregunto, ¿acaso esas obras de arte no son dignas de ver? No creo que cueste mucho salir un poco menos por la noche y un poco más durante el día, ya que son unas fiestas tradicionales, de toda la vida y para toda la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario