martes, 17 de marzo de 2009

EL ARTE


Varias veces, he visto cuadros de grandes artistas que bien podrían estar pintados por un niño de tres años. Al parecer, una simple raya negra sobre un fondo blanco es considerada una obra de arte, algo que se me antoja incomprensible, en parte porque ponerle título es lo más complicado del trabajo. Es obvio que su valor es el que es, debido a que probablemente será única en el mundo, pero no creo que por ello sea digna de exponer en un museo. También es verdad que algunos de estos trabajos se subastan, y no voy a decir ya lo que me parece que se haga esto, sólo para que alguien pueda decir que ha valido la pena pagar una millonada por un aro enmarcado, simplemente por ser de Rubens.

Lo cierto es que, al igual que podemos ver ese tipo de cosas, también podemos encontrarnos con un sinfín de verdaderas obras maestras en todo el mundo. Únicamente con ver algo como la Muralla China, las Pirámides de Egipto o las estatuas de la Isla de Pascua, podríamos quedarnos pasmados mientras el tiempo pasa sin ser conscientes de ello. Y es que no hace falta entrar en un museo para contemplar cosas hermosas. Si nos fijáramos un poco más en las cosas de nuestro entorno, nos daríamos cuenta de que incluso la naturaleza por sí sola es una gran artista. No quiero decir con todo esto que menosprecie los trabajos de todos los grandes maestros (sobre todo siendo muchos de sus trabajos insuperables), sino que lo que pretendo es que tratemos de apreciar del mismo modo ciertas cosas que pueden parecer muy simples pero que encierran una gran belleza.

No hay comentarios: